Enseñar a pensar: estrategias en el aula
Dunia Lucia Barreiro Moreira 1, Alba Jazmín Morán Mazzini 2, Ma. Leonor Cedeño Sempértegui 3
Resumen
Desarrollar habilidades del pensamiento requiere de una mirada exhaustiva a los procesos de clase, los cuales siguen marginando el avance de este proceso cognitivo. El presente trabajo tuvo como objetivo sistematizar algunas consideraciones teóricas acerca del desarrollo de las habilidades del pensamiento. Se realizó una revisión bibliográfica de varios referentes teóricos. Se ofrecen diferentes concepciones actualizadas acerca de los factores que intervienen en el desarrollo de las habilidades cognitivas. Se concluye que el desarrollo de habilidades del pensamiento debe estar presente en todas las instituciones de educación superior. La mejora continua en los procesos universitarios constituye un imperativo para la nueva universidad y un objetivo permanente para alcanzar la excelencia en la educación superior.
Palabras clave: habilidades del pensamiento, rutinas de pensamiento, proceso cognitivo.
1 Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil-Facultad de Educación. dbarreirom@ulvr.edu.ec
2 Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil-Facultad de Educación. amoranm@ulvr.edu.ec
3Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil-Facultad de Educación. mcedenos@ulvr.edu.ec
Abstract
Developing thinking skills requires a thorough look at class processes, which continue to marginalize the progress of this cognitive process. The objective of this work was to systematize some theoretical considerations about the development of thinking skills. A literature review of several theoretical references was carried out. Different updated conceptions about the factors that intervene in the development of cognitive abilities are offered. It is concluded that the development of thinking skills must be present in all institutions of higher education. Continuous improvement in university processes is an imperative for the new university and a permanent goal to achieve excellence in higher education.
Key words: thinking skills, thinking routines, cognitive process.
Introducción
El mundo mediático actual configura nuevas formas de adquirir información, de aprender y, por ende, nuevas formas de enseñar; en esa línea de cambios y actualización se ha reformado la Ley de Educación y se ha buscado el perfeccionamiento docente a través de capacitaciones en estrategias de aprendizaje que les permitan Enseñar a pensar a los estudiantes; mas lo referido no es una práctica común en los salones de clase, la mayoría se tornan sesiones rutinarias en las cuales los docentes realizan exposiciones magistrales, presuponiendo que los estudiantes ya deben saber porque ya fue explicado. (García, 2018).
Para conseguir que los hábitos del pensamiento se conviertan en automatismos, es necesaria una planificación de cómo enseñar a pensar. Según las investigaciones de Ritchhart (2002) los mejores docentes establecen a través de su práctica, una fuerte cultura del pensamiento. Sin embargo, la planificación de una clase es una tarea que implica la resolución de varios problemas:
¿Cuál es el objetivo?, ¿Cuál es el valor de enseñar esto?, ¿Qué es lo que los alumnos deben aprender y ser capaces de hacer?, ¿Cómo se ha de organizar la información para que los alumnos comprendan?, ¿Cuánta información se les debería dar?, ¿Qué tipo de actividad se debe diseñar para ayudarlos a manejar las ideas que se le presentan? (Johnson, 2003, p. 23).
La planificación de clase desempeña un papel fundamental para desarrollar las habilidades del pensamiento, ya que orientan el proceso y se constituyen en la práctica del docente en el desarrollo de construcción de conocimiento.
Perkins (1997), resalta la importancia de crear oportunidades para desarrollar las habilidades del pensamiento:
El aprendizaje es una consecuencia del pensamiento. La comprensión, la relación y el uso activo del conocimiento surgen cuando el aprendiz se encuentra en experiencias de aprendizaje en las que piensa acerca de algo y piensa con lo que está aprendiendo (...) Lejos de creer que el pensamiento viene después del conocimiento, el conocimiento procede del pensamiento. A medida que pensamos acerca de él y con contenido que estamos aprendiendo (p. 23).
Lo expuesto sugiere que el desarrollo de habilidades de pensamiento es la parte primordial, central en el proceso de enseñanza, y no debe ser considerado como una actividad adicional que se habrá de cumplir si sobra tiempo.
Ritchhart, Church y Morrison (2014), explican que “cuando hacemos visible el pensamiento de los estudiantes, no solamente obtenemos una mirada acerca de lo que estos comprenden, sino también de la forma cómo lo están comprendiendo” (p. 64). Es responsabilidad del docente hacer visible el pensamiento de los estudiantes, nombrando cuáles han sido los diferentes momentos y las habilidades utilizadas en sus exposiciones, conclusiones, para que estos se vuelvan conscientes de las habilidades desarrolladas. Un ejemplo de lo expuesto se pudo observar en una clase de la Carrera de Educación Inicial, la docente halagaba a sus estudiantes comentando sobre el proceso de pensamiento utilizado, cuando los alumnos trataron de comprender la funcionalidad de un texto, les manifestó “me agradó la forma como han utilizado sus aprendizajes previos y lo expuesto en plenaria para sustentar las explicaciones acerca de la funcionalidad del texto ‘La hoguera’. Ustedes han hecho una observación minuciosa de los aspectos relevantes de la historia y han formulado sus interpretaciones para sustentar cuál es el propósito que tuvo el autor al escribir el texto”
Además para que los estudiantes visibilicen su pensamiento existe una serie de actividades, las cuales se denominan rutinas de pensamiento, y mediante estrategias lúdicas, dinámicas y entretenidas acercan a los estudiantes y al docente a su propio conocimiento (Morales y Restrepo, 2015), así también se deben considerar otros aspectos, los mismos que son contemplados en el Proyecto Zero de la Universidad de Harvard, éste presenta condiciones para el proceso de enseñar a pensar:
Tiempo: Dedicar tiempo curricular para que los estudiantes puedan pensar y resolver las propuestas del profesor.
Oportunidades: Proponer a los estudiantes actividades auténticas, donde puedan poner en práctica, desarrollar diferentes procesos cognitivos e implicarse en las distintas tareas.
Lenguaje: Para desarrollar el pensamiento, es necesario implementar en el aula un lenguaje apropiado del pensamiento, donde se puedan mencionar, describir, distinguir varios procesos cognitivos y reflexionar sobre los mismos.
Creación de modelos: Cuando los estudiantes comparten sus ideas, intercambian puntos de vista y los discuten, se van desarrollando entre ellos, diferentes modelos de pensamiento.
Interrelaciones: En un contexto donde cada uno puede decir lo que piensa y se promueve el respeto por las ideas del otro, se va creando un ambiente de confianza donde indistintamente se evidencien sus fortalezas y sus debilidades.
Entorno físico: Puede ser de forma especial el aula, el laboratorio o el taller, para estimular la cultura del pensamiento.
Expectativas: Establecer un “menú” u “orden del día” para que los estudiantes conozcan los objetivos de aprendizaje, ir focalizándose en qué aspectos debe pensar y conocer qué esperan (Tishman, Perkins, y Jay 1997, p. 18).
Consecuentemente, el trabajo docente se convierte en una práctica permanente en el desarrollo de habilidades de pensamiento, como se explicó en líneas anteriores, el alumno debe ser consciente de cuáles ha desarrollado, adicional a eso es conveniente instruir a los estudiantes dividiendo las habilidades complejas en habilidades más simples para facilitar el proceso cognitivo (Johnson, 2003). Si se solicita a los estudiantes que clasifiquen, primero hay que recomendarles que observen, luego describirán estableciendo diferencias y semejanzas, posterior a ello se instruye explícitamente en la habilidad requerida.
Estrategias para enseñar a pensar
Una estrategia es un plan de acción para lograr un objetivo. Las estrategias cognitivas constituyen métodos o procedimientos mentales para adquirir, elaborar, organizar y utilizar información que hacen posible enfrentarse a las exigencias del medio, resolver problemas y tomar decisiones adecuadas (Tárraga, 2007). El entrenamiento metacognitivo pretende desarrollar en el alumnado el conocimiento sistemático y deliberado de aquellas estrategias cognitivas necesarias para el aprendizaje eficaz, así como:
Estrategias cognitivas de elaboración
La elaboración supone relacionar e integrar las informaciones nuevas con los aprendizajes previos. Se trata de favorecer el uso de estrategias diversas que permitan codificar, asimilar y retener la nueva información para poder recuperarla y utilizarla posteriormente. Estas estrategias incluyen la elaboración mediante imágenes y la elaboración verbal. (Elosúa y García, 1993).
En este sentido, Reder (citado en Marugán, Martín, Catalina y Román, 2013) enunció las condiciones de las que dependían las elaboraciones que una persona hace sobre un texto y que se resumen en las siguientes:
1. La experiencia previa con el material trabajado
2. El interés inherente hacia esa materia
3. La comprensión del texto
4. El tiempo permitido para leer el texto
5. La capacidad de concentración
6. La tendencia habitual a elaborar
Estrategias cognitivas de organización
Son los procedimientos utilizados para transformar y reconstruir la información, dándole una estructura distinta a fin de comprenderla y recordarla mejor (Elosúa y García, 1993). Implica un sujeto más consciente, activo y responsable en sus aprendizajes. Incluyen estrategias de agrupamiento y de esquematización.
Estrategias cognitivas de recuperación
Las estrategias de elaboración y organización que hemos comentado permiten un nivel más profundo en el procesamiento de la información, es decir, una comprensión más exhaustiva y una codificación y retención más eficaz. Pero una vez registrada la información en la memoria a largo plazo es necesario recuperarla y utilizarla ante las distintas exigencias del medio. Los procesos de recuperación estarán en estrecha dependencia de los procesos habidos en la elaboración y organización de tal manera que si hacemos uso de imágenes, dibujos, analogías, categorías, esquemas, etc., facilitemos también los procesos de recuperación (Tárraga, 2007).
Conclusiones
La capacidad para aprender continuamente tiene mucho que ver con el aprendizaje de estrategias generales del pensamiento que nos permiten conocer y buscar la información que necesitamos, en un momento dado, para resolver una tarea o solucionar un problema.
Enseñar a pensar debe ser el eje que oriente el proceso de clases, el mismo que se visibiliza en una planificación que contemple el tiempo requerido para construir conocimiento, que brinde oportunidades para desarrollar diferentes procesos cognitivos, ofrezca oportunidad de verbalizar las comprensiones a las cuales llega el estudiante y reflexionar sobre las mismas, promoviendo el aprendizaje grupal, y el respeto a las opiniones de los demás.
Además, en importante que la enseñanza de las técnicas de pensamiento contemplen la división de las habilidades cognitivas en otras más sencillas para facilitar el referido proceso.
Finalmente la práctica sostenida de desarrollo de habilidades modelará estudiantes capaces de responder a las necesidades del mundo mediático y de resolver problemas en el lugar en el que se desenvolverán.
Referencias
Elosúa, R. y García, E. (1993). Estrategias para enseñar a pensar (vol. 57) [Serie Apuntes]. Madrid, España: Narcea.
García, Y. (noviembre, 2018) ¿Cómo enseñar a pensar a través de distintas metodologías en Educación Infantil? En C. de Pro Chereguini y A. Gómez (Eds.), I Congreso Nacional ISEN. A la Vanguardia en Educación [Libro de Actas] (pp. 34-37). Recuperado de https://bit.ly/34Sq7PF
Johnson, A. (abril, 2003). El desarrollo de las habilidades del pensamiento. Aplicación y planificación para cada disciplina. Buenos Aires, Argentina: Troquel.
Morales, M. y Restrepo, I. (julio-diciembre, 2015). Hacer visible el pensamiento: alternativa para una evaluación para el aprendizaje. Infancias Imágenes, 14(2), 89-100. Recuperado de https://bit.ly/2DHc97p
Perkins, D. (1997). La escuela inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. Barcelona, España: Gedisa
Ritchhart, R. (2002). Intellectual Character. What It Is, Why It Matters and How to Get It. Recuperado de https://bit.ly/2DWQNmJ
Ritchhart, R., Church, M. y Morrison, K. (2014). Hacer visible el pensamiento. Cómo promover el compromiso, la comprensión y la autonomía de los estudiantes. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
Tárraga, R. (2007). ¡Resuélvelo! Eficacia de un entrenamiento en estrategias cognitivas y metacognitivas de solución de problemas matemáticos en estudiantes con dificultades de aprendizaje (Tesis doctoral, Universitat de Valencia, España). Recuperada de https://bit.ly/2PdQGIr
Tishman, S., Perkins, D. y Jay, E. (1997). Un aula para pensar: Aprender y enseñar en una cultura del pensamiento. Buenos Aires, Argentina: Aique.