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YACHANA Revista Cientíca, vol. 11, núm. 2 (julio-diciembre de 2022), pp. 167-184
AgendA mediáticA y divulgAción científicA en contextos de crisis.
trAtAmiento del covid-19 en lA prensA
digitAl de chile, colombiA y ecuAdor
Mila, J., Lara, J., Pineda, A.
(Mila-Maldonado y Soengas-Pérez, 2021).
En lo que se reere a Colombia, según el
sitio web del Ministerio de Salud y Protec-
ción Social (Minsalud Colombia, 2020), el
primer caso fue conrmado el 6 de mar-
zo de 2020, posterior a lo cual se aplicó
una serie de medidas de connamiento
de cara al incremento sustantivo de ca-
sos (Díaz-Pinzón, 2020), dispuestas en
tres niveles: “1) Medidas sanitarias y de
emergencia sanitaria, 2) Medidas de emer-
gencia social, económica y ecológica y 3)
Medidas de orden público y otras de ca-
rácter ordinario” (Minsalud Colombia, s.
f.). Estas medidas iniciales fueron modi-
cadas a medida que avanzaba el desarrollo
de la pandemia a través de diversas resolu-
ciones que incorporaron, entre otras cosas,
recomendaciones de las autoridades supra-
nacionales de salud o requerimientos del
ejecutivo para hacer frente a la pandemia.
El tercer país objeto de este estudio es
Ecuador. Allí el primer caso de coronavi-
rus se presentó el 27 de febrero de 2020
(Secretaría General de Comunicación de la
Presidencia, s. f.) y la gestión pandémica
recayó sobre el COE Nacional (Servicio
Nacional de Gestión de Riesgos y Emer-
gencias, s. f.) que aplicó pronto diversas
medidas de aislamiento y restricciones a
viajeros. Ecuador, lo mismo que Chile,
tuvo al frente de la cartera de salud a un
ministro envuelto en escándalos de co-
rrupción: Juan Carlos Zevallos, quien es-
tuvo en ejercicio hasta el 26 de febrero del
2021, fue cuestionado por la gestión de la
vacunación (BBC News Mundo, 2021).
Un elemento en común presente en los
tres países fue el impacto negativo de la
pandemia en materia económica (Sánchez
y García, 2021). Aunque Chile presentó
indicadores nancieros que le permitieron
hasta cierto punto sopesar los estragos de
la crisis, por lo menos a través de los reti-
ros del 10% de las Administradoras de fon-
dos de pensiones (Chile Atiende, 2021),
Colombia y Ecuador presentaron cifras
más negativas y las desigualdades socia-
les se agudizaron a puntos sin precedentes.
Del mismo modo, la pandemia ha afectado
la salud mental de muchas personas debi-
do a las medidas de connamiento y ais-
lamiento que llevaron a una transgresión
en las formas de socialización y desarrollo
de la vida pública (Palomera-Chávez et al.,
2021) más evidente en los adolescentes
(UNICEF, 2020).
En lo que se reere al ámbito especíco
de la comunicación, debido a la presen-
cia de numerosos contenidos de dudosa
procedencia contrapuestos a los informes
emitidos de manera ocial por las institu-
ciones avaladas en materia de gestión de
la pandemia, la Organización de las Na-
ciones Unidas (OMS, 2020), de consuno
con otras entidades globales, ha acuñado
el término de infodemia. Este designa “una
sobreabundancia de información, en línea
o en otros formatos, e incluye los inten-
tos deliberados por difundir información
errónea para socavar la respuesta de salud
pública y promover otros intereses de de-
terminados grupos o personas” (p. 1).
Junto a esto, el informe emitido señala una
serie de recomendaciones para hacer frente
a estos procesos de desinformación y no-
ticias falsas con el n de atenuar sus po-
sibles efectos negativos (OMS, 2020). En
este marco se incorporan los medios de co-
municación –tanto en sus formatos radio-
televisivos e impresos como digitales que,
junto al rol profesional del periodismo, se
espera que contribuyan a los procesos de
validación, refutación y ltración de la in-
formación que resulte perjudicial para los