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ISSN 1390-7778 (Versión Impresa)
ISSN 2528-8148 (Versión Electrónica)
YACHANA
Revista CientífiCa
Volumen 13, Número 1, Enero-Junio 2024
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Esta publicación está bajo una
licencia Creative Commons
Atribución-NoComercial 4.0
Internacional (CC BY-NC 4.0).
Resumen
La presente investigación examina las
posibles implicaciones de la IA, especí-
camente chatGPT, en el contexto aca-
démico, de igual forma, en las relaciones
sociales y su inuencia en la condición
humana a la luz de la ética y de los avan-
ces tecnocientícos del siglo XXI. La tec-
nología digital desde sus inicios constitu-
yó una nueva forma de comprensión de la
realidad, o al menos de lo que se entiende
por realidad. Por lo tanto, acontecimien-
tos como la eclosión de programas de IA
demanda pensar la naturaleza y alcance
del conocimiento que se crea e innova
en múltiples escenarios. Así también en-
frenta a la sociedad a incertidumbres re-
lacionadas con un futuro gobernado por
máquinas y programas informáticos cada
vez más sosticados. El abordaje de las
cuestiones expuestas se realizará median-
te el enfoque losóco de la fenomeno-
logía husserliana, este enfoque posibilita
la comprensión, descripción y análisis de
las vivencias, percepciones y expectativas
que surgen al utilizar la tecnología en con-
textos académicos. De igual forma, viabi-
liza reexionar sobre cómo la interacción
con la IA repercute en la comprensión y
construcción del conocimiento, conside-
rando la experiencia consciente de los hu-
manos. A modo de conclusión se expone
que la aplicación de la IA en el contexto
académico demanda de una responsabili-
dad ética, sobre todo en la creación auto-
matizada de determinadas tareas académi-
cas mediante programas de IA, así como,
la incidencia que tiene en las relaciones
sociales, vistas como una nueva forma de
mirar al otro a través del espejo de la tec-
nología.
Palabras clave: Educación, Conocimien-
to, Inteligencia articial, Ética, Relacio-
nes interpersonales.
https://doi.org/10.62325/10.62325/yachana.v13.n2.2024.911
Ensayo
21/01/2024
06/06/2024
31/07/2024
ChatGPT y la supercialidad del conocimiento:
implicaciones académicas y éticas en el siglo
XXI
Alex Estrada-García
José Patricio Narváez
ChatGPT and the superciality of knowledge: academic
and ethical implications in the 21st century
Universidad Nacional de Educación, Azogues-Ecuador. alex.estrada@unae.edu.ec
Universidad Nacional de Educación, Azogues-Ecuador. jose.narvaez@unae.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-5278-8221
https://orcid.org/0000-0002-7423-0103
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YACHANA Revista Cientíca, vol. 13, núm. 2 (julio-diciembre de 2024), pp. 19-36
Introducción
La sociedad del siglo XXI está determina-
da en gran medida por la utilización de las
tecnologías digitales. Así también, la coti-
dianidad se constituye de las experiencias
que tiene el ser humano en contacto con
la tecnología. El avance vertiginoso de la
ciencia y la tecnología dotan al individuo
de una variedad de herramientas, que son
actualizadas constantemente para respon-
der a las necesidades de los usuarios, los
humanos.
En la tercera década del siglo XXI eclo-
sionó la inteligencia articial generativa
(en adelante IA). Numerosos programas
están a la carta para ser utilizados por los
humanos. El programa del que se hablará,
en su mayoría, en este texto es chatGPT
(Generative Pre-trained Transformer).
Pero ¿qué es la IA?, la Real Academia
Española (RAE, s.f.a) la dene como “dis-
ciplina cientíca que se ocupa de crear
programas informáticos que ejecutan ope-
raciones comparables a las que realiza la
mente humana, como el aprendizaje o el
razonamiento lógico.” Esta denición es
basta para el desarrollo de las ideas que
se expondrán en el desarrollo del presente
trabajo.
Es atrevido poner en discusión que una de
las características propias de las socieda-
des del siglo XXI será la dependencia a las
tecnologías digitales y la pereza mental.
Un claro ejemplo, en el campo de la edu-
cación, las nuevas modas pedagógicas -en
su mayoría nombradas como herramientas
activas- relegan el papel de la memoria a
un lugar secundario. La memoria, pieza
fundamental del rompecabezas de lo que
llamaremos pensar, está comprometida
puesto que no ejercitarla, es decir, delegar
su uso a los dispositivos electrónicos (re-
cordatorios, noticaciones, buscadores en-
Abstract
The present research examines the possible implications of AI, specically chatGPT, in the aca-
demic context, as well as in social relations and its inuence on the human condition in the light
of ethics and the techno-scientic advances of the 21st century. Digital technology from its be-
ginnings constituted a new way of understanding reality, or at least what is understood as real-
ity. Therefore, events such as the emergence of AI programs demand thinking about the nature
and scope of knowledge that is created and innovated in multiple scenarios. It also confronts
society with uncertainties related to a future governed by increasingly sophisticated machines
and software. The approach to the exposed issues will be carried out through the philosophical
approach of Husserlian phenomenology, this approach enables the understanding, description
and analysis of the experiences, perceptions and expectations that arise when using technology
in academic contexts; likewise, it makes it feasible to reect on how the interaction with AI
has an impact on the understanding and construction of knowledge, considering the conscious
experience of humans. In conclusion, the application of AI in the academic context demands an
ethical responsibility, especially in the automated creation of certain academic tasks through AI
programs, as well as the impact it has on social relations, seen as a new way of looking at the
other through the mirror of technology.
Keywords: Education, Knowledge, Articial intelligence, Ethics, Interpersonal relations.
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tre otros programas) empobrece cognitiva-
mente y esclaviza la inteligencia humana.
Una de las tantas interrogantes acuciantes
que circulan en los medios digitales es si
chatGPT es un cerebro articial super in-
teligente que esclavizará a la sociedad.
Se sostiene que es totalmente incoherente
pensar en tal posibilidad, al contrario, se
está de acuerdo con los resultados de va-
rias investigaciones cientícas (Habib et
al., 2024; Ali et al., 2024), en que todos los
programas de IA son y serán herramientas
con las que tiene que convivir el ser hu-
mano; y será el humano el responsable de
si se deja persuadir la razón a partir de las
emociones sobre la utilización indebida de
la tecnología digital.
Las preguntas que se plantean en los dos
últimos epígrafes del presente ensayo tie-
nen que ver con las relaciones sociales y la
condición humana frente a la IA, llegando
a conclusiones que permiten comprender
que el desarrollo de la tecnología es inhe-
rente a la inquietud del ser humano para
comprender el mundo y de alguna manera
lograr una vida plena, resolviendo con la
tecnología las deciencias humanas, que
a lo largo de la historia de la humanidad,
desde el descubrimiento del fuego hasta
la IA, han sido permanentes. El ser huma-
no es capaz de trasladarse físicamente en
tiempos cortos a cualquier lugar del plane-
ta y es capaz de comunicarse con otro sin
importar el lugar en el que se encuentre,
volviéndose un conjunto de individuos
conviviendo en una aldea global.
En este sentido, se ha caminado por luga-
res poco pensados y hoy se vive en una
sociedad conectada, pero cada persona en
su propia celda, por lo tanto, las relacio-
nes sociales se modican y posiblemente
se están creando nuevas formas de hacer-
lo; tiempos complejos para la humanidad,
puesto que la política demanda de mayor
participación, pero lo que se ha logrado es
desmovilizar a las masas, que otrora fue-
ran la contraparte de las élites políticas y
económicas que rigen a las sociedades ac-
tuales.
El objetivo del ensayo es examinar las im-
plicaciones de la IA, especícamente chat-
GPT, en el contexto académico, de igual
forma, en las relaciones sociales y su in-
uencia en la condición humana a la luz
de la ética y de los avances tecnocientí-
cos del siglo XXI. Para tal acometimiento
se consideró, como fundamento losóco
que guíe la discusión, la fenomenología
husserliana, con el propósito de compren-
der, describir y analizar las percepciones
y expectativas que yacen de la utilización
de la tecnología digital en el campo aca-
démico.
Desarrollo
ChatGPT y sus inicios
El cientíco estadounidense Marvin Lee
Minsky es considerado uno de los precur-
sores en los estudios de la IA. En 1961,
publicó el artículo Steps towards articial
intelligence, fue una contribución impor-
tante a la revolución cientíca en el campo
de la tecnología digital (Winston, 2016).
La idea de la IA tiene sus inicios con el
propósito de dotar a las máquinas de capa-
cidades humanas, alcanzar una mimesis de
la inteligencia humana.
El 30 de noviembre de 2022, la IA mos-
tró uno de los avances tecnológicos más
signicativos de las últimas décadas. Se
hace referencia a la IA llamada Generati-
ve Pre-trained Transformer, cuyas siglas
son GPT. Es conocida por ser un modelo
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de producción de textos, cuya característi-
ca ha resaltado en los diversos campos del
conocimiento (Hill-Yardin et al., 2023).
ChatGPT de OpenAI (https://openai.com/
blog/chatgpt/) es la herramienta tecnoló-
gica constituida por modelos de lenguaje
masivos (LLM), este modelo de lenguaje
se constituye de una red neuronal articial
(Wang et al., 2023), lo que posibilita el al-
macenamiento de datos y, a través de algo-
ritmos, viabiliza la generación de respues-
tas ante interrogantes que se le planteen.
Los LLM mostraron tener éxito en la reali-
zación de múltiples actividades relaciona-
das con la utilización de un lenguaje na-
tural, tales como: resúmenes automáticos,
traducción automática y respuestas a inte-
rrogantes simples o complejas (Pang et al.,
2023). De acuerdo con Shen et al. (2023),
los LLM realizaron bien estas tareas debi-
do a dos factores: (1) poseer un Transfor-
mer, consiste en una red neuronal articial
que permite comprender las relaciones en-
tre diferentes elementos de entrada [input];
y (2) utilizar una canalización de capaci-
tación de dos etapas para aprender de los
datos de manera eciente.
En este sentido, chatGPT es un chatbot
que mediante el procesamiento de lengua-
je natural genera respuestas coherentes,
sistemáticas e informativas sobre diferen-
tes áreas del conocimiento (Lo, 2023). Por
ejemplo, en el campo de la investigación
cientíca se han reportado varios estudios
relacionados con la aplicación de la IA.
ChatGPT se ha utilizado como asistente
en la redacción de artículos cientícos de
alto impacto (Macdonald et al., 2023; Else,
2023); es más, en algunos artículos cientí-
cos chatGPT aparece como autor (Stokel-
Walker, 2023).
En este contexto, Ariyaratne et al. (2023)
realizaron una comparación entre los artí-
culos cientícos generados por ChatGPT
con los escritos por humanos; el análisis
se centró en dos variables: precisión y ca-
lidad; se concluyó que los artículos gene-
rados por el chatGPT son inexactos, pues
agregan referencias bibliográcas cticias.
Sin embargo, se destaca que la redacción y
la organización es de buena calidad.
Otro estudio realizado por Hill-Yardin et
al. (2023), en el contexto del “futuro de
las publicaciones cientícas”, reporta que
el texto generado por chatGPT es en gran
medida supercial y genérico, carece de
una voz distintiva. En cuanto al estilo los
investigadores, no se distingue en abso-
luto de la mayoría de los artículos cientí-
cos escritos por humanos, a su parecer
chatGPT imita con exactitud. Una clave
para que el estilo de escritura consiga di-
ferenciarse puede ser la inclusión de más
diversidad lingüística, de esta forma se
agregan rasgos propios del pensamiento
humano al texto. Por su parte, Lund et al.
(2023) arman que “chatGPT se considera
un modelo potencial para la preparación
automatizada de ensayos y otros tipos de
manuscritos académicos” (p. 570).
ChatGPT es un modelo de predicción de
texto gigantesco que se alimenta de múl-
tiples bases de datos. La característica en-
ciclopédica integra grandes cantidades de
referencias y datos del mundo real (perso-
nas, eventos, conocimiento cientíco). Es
entrenado inicialmente sobre la base de un
amplio corpus de texto y luego se ajusta en
función de datos especializados (Ouyang
et al., 2022; Wang et al., 2023). Esto po-
sibilita que se generen respuestas contex-
tualizadas a las tareas que propongan los
humanos en varios idiomas.
Las respuestas generadas son creadas por
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probabilidades, en tal sentido, está suscep-
tible a proporcionar información incorrec-
ta e insuciente sobre un tema especíco
con un grado considerable de complejidad.
De ahí la necesidad de que las respuestas
sean contrastadas con el conocimiento de
expertos en el área especíca. De esta for-
ma se detectará cuándo inventa cosas que
no son plausibles a la luz de la ciencia.
No es recomendable arse en totalidad de
chatGPT.
Acceso a la información e ilusión de
conocimiento
Uno de los acontecimientos del siglo XXI,
seguramente más importantes para la espe-
cie humana, es la eclosión de las tecnolo-
gías digitales. El avance vertiginoso de es-
tas tecnologías presenta nuevos escenarios
al ser humano. Producto de ello, constan-
temente las sociedades se enfrentan a un
futuro incierto, cargado de incertidumbre,
lo que preocupa el quehacer cotidiano. Las
características propias de la época, origi-
nadas por los cambios acelerados, rodean
los acontecimientos humanos y llevan a
imaginar escenarios que quizá hace 10 o
15 años eran utópicos o distópicos.
En este trance de la historia humana, la
pregunta por el conocimiento y su natu-
raleza toma nuevamente relevancia, sobre
todo, si pensamos en él con la presencia
de la IA. En el marco de discusión se in-
sertan diversas posturas sobre la IA y el
conocimiento (Goldstein & Papert, 1977;
Abubakar et al., 2019; Zhang & Lu, 2021),
algunas trágicas y otras que enaltecen a la
tecnología sobre los procesos de pensa-
miento que los humanos implementan para
conocer una parte de la realidad.
En su momento Kant (2016) armó que
todo “conocimiento comienza con la expe-
riencia”. Sin embargo, aclaró que “si bien
todo nuestro conocimiento comienza con
la experiencia, no por eso origínese todo
él en la experiencia” (p. 111). La natura-
leza del origen del conocimiento era en-
tendida desde dos perspectivas: temporal o
cronológico y lógico; en el primer caso, se
cumple la condición de que “todo conoci-
miento comienza con la experiencia”; (p.
113) mientras que, en el segundo caso, no
depende de la experiencia. El conocimien-
to de naturaleza temporal o cronológica
al ser de origen experiencial es nombrado
empírico, y el que tiene un origen lógico es
a priori o puro.
Si bien en el presente escrito no se aden-
trará en cuestiones propias de la episte-
mología, es oportuno traer una denición
de conocimiento para fundamentar el
enfoque desde donde se emiten las valo-
raciones. Se comparte el concepto que
presenta Zagzebski (2017), quien expone
que “el conocimiento es un contacto cog-
nitivo con la realidad que surge de actos de
virtud intelectual” (p. 109). Al relacionar
este concepto con la tradición kantiana se-
ría equivalente a aquel conocimiento que
empieza con la experiencia, en principio;
sin embargo, el conocimiento a priori está
presente en la realidad. La convergencia
de actos propios o ajenos, de igual forma
de circunstancias, originan lo que se llama
conocimiento. Se tiende a pensar que el
conocimiento es un logro propio, autóno-
mo; sin embargo, en muy pocas ocasiones
sucede de tal forma, sino más bien tiene su
origen es un contexto social.
El ser humano conoce el mundo por medio
del uso del lenguaje. El lenguaje posibili-
ta las relaciones sociales. El lenguaje es el
vehículo mediante el que es posible gene-
rar e innovar conocimiento. En este sen-
tido, la tradición de la sociedad mediante
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disciplinas como la losofía e instituciones
como la ciencia ha sido encontrar la verdad
del conocimiento a partir de conjeturas y
refutaciones. A este respecto, uno de los
lósofos de la ciencia más representativo
del siglo XX, Popper et al. (2007), soste-
nía que la función crítica del lenguaje hace
posible criticar la verdad o falsedad de un
enunciado. De igual forma, el ser humano
“utiliza sus lenguajes con el propósito de
comunicar mensajes acerca del mundo,
los mensajes que pueden ser verdaderos o
falsos” (Ostalé, 2016, p. 139). La cita ex-
puesta muestra la función descriptiva del
lenguaje, que hace posible que el ser hu-
mano exponga sus experiencias en el mun-
do, en tanto que la función crítica es utili-
zada para cuestionar los enunciados que se
constituyan de dicha experiencia.
En este escenario es preciso recordar que
Darwin (1859), sobre la evolución de las
especies, expuso “no es el más fuerte de las
especies el que sobrevive, tampoco es el
más inteligente el que sobrevive. Es aquel
que es más adaptable al cambio” (p. 55).
En el ser humano puede entenderse en el
sentido que plantea Ostalév (2016): “si la
evolución es vista como una historia de so-
lución de problemas, el lenguaje puede ser
visto como una herramienta utilizada con
el n de satisfacer propósitos” (p. 139).
El humano para adaptarse a los cambios
utiliza el lenguaje. El lenguaje es la “facul-
tad del ser humano de expresarse y comu-
nicarse con los demás a través del sonido
articulado o de otros sistemas de signos”
(RAE, s.f.b). En tal sentido, no puede exis-
tir sin la colaboración humana. De ahí la
trascendencia de la colaboración de grupos
humanos para la continua creación e in-
novación del conocimiento. Esto se aplica
desde los entornos sociales cotidianos has-
ta los campos cientícos y tecnológicos; la
cooperación de las comunidades de cientí-
cos posibilita el avance de la ciencia y la
tecnología.
De una manera breve se había expuesto
que, a lo que se llama conocimiento tiene
origen en la convergencia de actos y cir-
cunstancias, y esto se hacía posible gracias
al lenguaje (proceso cognitivo). Ahora
bien, surge otro elemento constitutivo, el
acontecimiento de actos y circunstancias
desprende información. El ser humano es
creador y consumidor de información, en
mayor medida consumidor podría decirse.
En este sentido, ¿por qué fascina al ser hu-
mano consumir información, sea relevante
o no? Dolan y Dayan (2013) relacionan
esta situación con la generación de do-
pamina. Enterarse de cosas nuevas, sean
verdaderas o falsas, produce un éxtasis. En
este aspecto, consumir información condu-
ce al placer; capta la atención y entretiene
al usuario. En n, consumir información
no es poseer conocimiento, entendido este
último en su naturaleza, mostrar la verdad.
La ola de información se trasladó a alimen-
tar los diversos programas de IA. La infor-
mación es la materia prima, el motor para
que la IA funcione. El almacenamiento y
procesamiento de grandes bulos de infor-
mación hacen posible la obtención de res-
puestas a partir de probabilidades. OpenAI
(2022) expuso un comunicado sobre chat-
GPT, en el cual resaltó que el programa no
siempre genera respuestas precisas. Todo
esto se debe a que chatGPT a veces escri-
be respuestas que suenan plausibles, pero
suelen ser incorrectas o sin sentido.
La utilización del chatGPT u otros pro-
gramas de IA, en los diversos campos del
conocimiento, se asemeja a un conjunto
de niños jugando con granadas explosivas
en un parque donde no existe nadie quien
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supervise su actuar. No se pretende trans-
mitir miedo, peor aún privar a la sociedad
de la utilización de la IA, sino que el uso
debe estar sujeto a la supervisión de ex-
pertos en los campos de aplicación bajo
algunos principios éticos, es decir, utilizar
la IA con responsabilidad. Como se había
planteado en líneas anteriores: hay que
preguntarse constantemente por el proce-
so de adquisición de conocimiento, podría
ser que el chatGPT muestre al ser humano
las sombras del conocimiento; puesto que
a partir de un conglomerado de datos y del
aprendizaje automático crea respuestas
propias mediante el procesamiento del len-
guaje natural (PLN).
La experimentación humana en el manejo
de programas informáticos como chatGPT
produce sensaciones de conocimiento. El
acceder a respuestas exactas sobre una te-
mática determinada crea en el ser huma-
no una ilusión de poseer un conocimiento
verdadero. Y este es aceptado con con-
formidad. Ahora solo basta con formular
interrogantes o enunciados e insertar en
programas de IA para crear respuestas lla-
mativas, textos completos como ensayos y
artículos cientícos, de igual forma, imá-
genes, organizadores grácos, canciones,
etc.
El conocimiento ilusorio que se origina de
la interacción con la IA hace posible que el
ser humano piense ser especialista en una o
varias disciplinas. Esa creencia dispone la
reproducción de pseudo verdades. Incen-
tiva la toma de vías vagas para acceder a
interrogantes que acucian en la cotidiani-
dad. Si el proceso para acceder a un co-
nocimiento es complejo y demanda de un
periodo extenso de tiempo, se pierde inte-
rés por ese conocimiento (Estrada-García
y Estrada, 2020). Las respuestas rápidas
priman sobre la reexión plausible.
Además, el chatGPT puede ser visto como
mimesis del mal periodismo, aquel que no
contrasta la información que pone al ser-
vicio de las masas. Algo similar acontece
con el chatbot, genera respuestas al azar, y
en ocasiones sin sentido lógico. El ser hu-
mano está conviviendo más que nunca con
la posverdad.
El acto de pensar en la era de la tecno-
logía digital
Pensar es entendido como un acto propio
del ser humano, una característica que qui-
zá le distinga de otros animales. Pensar no
se reduce a la mera posibilidad que tiene
para pensar. La posibilidad no garantiza
que se dé tal acontecimiento, el de pen-
sar. La posibilidad de la que se habla por
sí sola no llega a ningún lado, necesita de
un ser capaz de o una disposición a. De
acuerdo con las ideas del lósofo Martin
Heidegger (1997), el ser humano solo es
capaz de pensar desde dos propósitos: (a)
“aquello que nos gusta (…); (b) aquello a
lo que estamos afectos en tanto que lo de-
jamos venir” (p. 11).
Se piensa aquello que de antemano se de-
sea, ese algo que está vigente en el pasado,
tiene forma en el presente y, en muchas
ocasiones se proyecta al futuro. Pensar no
es la corriente de ideas vagas que atraviesa
desenfrenadamente por la mente humana,
estas son meras escenas mentales que se
constituyen de recuerdos placenteros, o
de la conjugación de emociones e impre-
siones superuas de la realidad (Dewey,
2007).
Pensar es sacar consecuencias de a, b, c,
situación, un proceso cognitivo complejo
en el que convergen sucesiones de cosas
que hacen un llamamiento a pensar. Pensar
es ahondar en esa sucesión de cosas y sacar
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consecuencias de estas. En este sentido,
sacar consecuencias se comprende como
entendimiento del cúmulo de ideas que
facultan comprender las causas de lo que
se está pensando. Esta comprensión hace
posible que el ser humano conozca los re-
sultados de su pensamiento y sobre ellos
cimenta nuevos pensamientos.
Se decía que “sólo si nos gusta aquello
que, en mismo, es-lo-que-hay-que-to-
mar-en-consideración, sólo así somos
capaces de pensar” (Heidegger, 1994, p.
12). Se piensa lo-que-hay-que-tomar-en-
consideración, aquello que demanda de la
atención, una inquietud incesante para de-
terminar acontecimientos a partir de otros
acontecimientos. Al acto de pensar que
se ha descrito en los tres primeros párra-
fos del presente epígrafe puede nombrar-
se como un pensamiento reexivo, con el
afán de distinguir de un pensar superuo;
pues actualmente se denota la presencia de
un pluralismo que distingue a las socieda-
des, en donde cada persona especula con
ser dueño de una verdad.
Ahora bien, en el escenario de la era de las
tecnologías digitales se denota una ausen-
cia de un pensar reexivo como el que se
describe en los párrafos que anteceden al
actual. El transitar acelerado de la expe-
riencia humana mediante la utilización de
las tecnologías ha imposibilitado el pensar
reexivo. Las tecnologías digitales se han
convertido en fabricante de fantasías que
proporcionan al ser humano un mundo
ideal, acorde con las necesidades vigentes
de su entorno o alejadas a él, en n, ex-
periencias alucinantes. Las experiencias
únicas y autónomas que ofrecen son in-
numerables; de ahí la intensa y placentera
conexión del ser humano con la tecnología
digital.
La conexión intensa entre el ser humano
y la tecnología limita al pensamiento re-
exivo. No hay lugar para un aconteci-
miento que demanda de desconexión con
la tecnología; pues se necesita un tiempo,
una pausa, un silencio en el que se pueda
pensar. Cortar el tránsito acelerado de la
información que proporcionan las tecnolo-
gías digitales sería un acto de sublevación
sobre la época de la supremacía de los dis-
positivos digitales.
En este orden, pensar se convertirá en un
acto de rebeldía, de revelarse ante lo ya
dado, lo predeterminado por los distintos
programas informáticos; en gran medida
se reejará en la ausencia de lo que se ha
venido llamando metacognición. El ser hu-
mano está entrando en una época de pre-
guntas fuertes y respuestas endebles, sin
sentido, pero calmantes para una sociedad
conformista que consume experiencias
superuas. Un ejemplo preciso es la uti-
lización del chatGPT, está llevando hacia
la confusión de las cosas. Pensar, teniendo
como fundamento principal, este tipo de
herramientas hace que la realidad sea con-
cebida con cierta borrosidad, que obstacu-
liza el pensar reexivo.
En la posteridad cercana se hablará de la ti-
ranía de la IA. Programas como: ChatGPT,
Synthesia, Google Bard, Microsoft Bing,
Chatsonic, entre otros muchos más, que
actualmente son presentados como herra-
mientas al servicio del ser humano, esta-
rán cada vez más realizando tareas básicas
de las que se ocupa cotidianamente el ser
humano. No habrá un espacio para poner
en juego la capacidad de pensar. Y, acor-
de con las ideas de Han (2017) la sociedad
del rendimiento, aquella que disfruta de la
conexión digital, vive apasionadamente
prisionera de sus deseos.
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Estrada-García, A., & Narváez, J.
La inteligencia articial y las relaciones
sociales
La evolución de la vida como esencia de
los procesos en el planeta lleva a compren-
der que el universo está en constante mo-
vimiento, que el ser humano es fruto de es-
tos procesos, los mismos que también son
trasladados a la sociedad, y se maniestan
en aquello que cotidianamente es llamado
relaciones sociales, estas se van congu-
rando a medida que se desarrollan los pro-
cesos de evolución social. El desarrollo
de las relaciones está condicionado y tiene
que ver con aquello que Enrique Dussel
llama la esta.
No hablamos del homo ludens de
Nietzsche y sus comentaristas. No
se trata de la esta dionisiaca o -
quica; del vino derrochado y que
emborracha a aquellos que pueden
adquirirlo; de las estas de los do-
minadores, las del otium o la sjolé.
Es otra esta. (Dussel, 2011, p. 34)
La otra esta es la de la liberación, puesto
que jamás se festejan las conquistas sobre
otros pueblos. En este sentido, comprender
la esta desde la perspectiva de la libera-
ción, sería lograr que la tecnología sirva
para la liberación del ser humano, libera-
ción del desconocimiento, en otras pala-
bras, de la ignorancia. El peligro es que la
IA sirva solo para potenciar aspectos rela-
tivos al sistema económico y no se ponga
al servicio del conocimiento.
Al contrario, se espera que se ponga al
servicio de la liberación del ser humano,
para no volver a reexionar sobre la la
evolución humana y la caída del hombre
(Waddington, 1963), texto de importancia
vital, que analiza el desarrollo humano y
ver el ejercicio de la autoridad como aque-
llo que sucede, entre el miedo y el afecto
y se maniesta en la forma de relación con
el adulto o de la autoridad, rompiendo la
esencia de unas relaciones sociales armó-
nicas entre seres humanos.
En este marco, la cuestión es, cómo hacer
para que la IA marque la diferencia histó-
rica y suceda lo que anhela el ser humano
en los distintos campos del saber, así como
en la organización social y sus estructuras,
que pretenden organizarnos con la nali-
dad de resolver solo los problemas del ins-
tinto de sobrevivencia.
Esta visión crítica de la realidad permite
hacer un giro en la mirada del mundo, cam-
biando del antropocentrismo al cosmocen-
trismo, en el que se incluyen la ecocrítica
y los estudios críticos de los animales, a
partir de los cuales han ido surgiendo una
amplia gama de criaturas, cosas y fuerzas
no humanas y agentes importantes con de-
recho propio.
En Ecuador, la Constitución reconoce los
derechos de la naturaleza en el artículo 71,
lo que pone al ser humano en un plano de
reconocerse como una mínima partícula
de la gran vida cósmica. Esto nos ubica
desde la razón, en la intrascendencia del
ser humano, en la perspectiva de que, con
seguridad en 10.000 años ya no estaremos
en el planeta, de acuerdo con lo que esta-
blecen Johan Rockström et al. (2009), en
sus 9 umbrales planetarios, quizá en este
momento precisamente nos avocamos a la
reexión ¿es posible todavía mantener la
vida en el planeta y cuál es el rol de las
relaciones sociales?
Así como en el de la educación, la tec-
nología ¿puede servir para resolver estos
problemas?, para comprender que todos
debemos mantener unos minutos cósmicos
más de vida en el planeta, o puede servir
para acelerar la destrucción de la vida en
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el planeta, en este contexto, las relaciones
sociales deben ser vistas como relaciones
entre seres humanos, y relaciones con la
naturaleza, es decir, desde una visión cos-
mocéntrica.
Las relaciones sociales, en la posmoderni-
dad o la poshumanidad, se han vuelto com-
plejas, en la perspectiva del acceso fácil a
la tecnología, tiempos que han permitido
acceder a medios de información, rompien-
do los cánones de la comunicación formal
para llegar al acceso libre de elementos
comunicacionales sin intermediales o in-
termediarios, los mismos que los humanos
llegan a tener en sus manos con la ilusión
de las posibilidades de una comunicación
factual, llegando a la arrogancia de llamar
amigos a quienes alguna vez nos encontra-
mos en el camino, o simplemente personas
a las que nunca conocimos, a través de las
llamadas redes sociales.
Redes sociales, nombre eufemístico que ha
reemplazado a las relaciones sociales físi-
cas, a partir del movimiento irracional de
nuestros dedos que tratan de poseer lo im-
posible: la verdad; buscando, hurgando en
la vida de los otros, pasando la vida sin lo-
grar permear en la validez física de las re-
laciones sociales, elementos de la IA que a
partir de algoritmos instalados en las redes
sociales, buscan satisfacer las necesidades
de los usuarios, conectando con necesida-
des, frustraciones o anidades, para hacer
la solicitud y colocar en nuestra red como
amigos, llegando a la vanidad de tener mi-
les de amigos; falsos, cticios y creados.
Las relaciones sociales se basan en la em-
patía, la conexión emocional, la reciproci-
dad y la comprensión mutua, aspectos que
una IA no puede reemplazar. Aunque chat-
GPT puede ser una herramienta útil para el
acceso al conocimiento y, otros programas
de IA para la comunicación, es importan-
te tener en cuenta las limitaciones que se
han planteado, para establecer relaciones
sociales signicativas no se puede prescin-
dir de las reexiones grupales; tampoco se
puede reemplazarlas por las redes sociales
que no son relaciones sociales físicas, por-
que tienen una génesis diferente, así como
objetivos nales diferentes. Reexiona
de manera profunda Han (2014) al men-
cionar que “nos embriagamos hoy con el
medio digital, sin que podamos valorar por
completo las consecuencias de esta em-
briaguez” (p. 6); esta embriaguez, que es
la misma esta de Dussel, aquella esta a
la que no hemos sido invitados, sino que
nos han traído llegando a nuestros espa-
cios íntimos, el espacio privado, que aho-
ra se vuelve público, puesto que las redes
sociales y la IA nos envuelven a estados
catatónicos de pérdida de tiempo, al querer
conocer al otro en el ámbito privado.
Si la transhumanidad pretende transformar
al ser humano mortal, fáctico con decien-
cias, en un ser humano inmortal, cuando
trata de gobernar el cuerpo físico, sioló-
gico, los programas de IA tratan de emular
la mente, procesos cognitivos imprescin-
dibles que hasta ahora se ha logrado pre-
servar como el tesoro más importante de
la evolución humana, el conocimiento a
través de la escritura, de los textos, de los
libros.
Por ejemplo, chatGPT pretende emular la
mente humana llegando a resolver los pro-
blemas físicos, más no los elementos con-
sustanciales al ser humano como son las
relaciones sociales, que hasta ahora han
servido para fortalecer nuestras formas de
pensar de manera conjunta, colaborativa,
cooperativa; sin esta esencia básica, se per-
dería la capacidad de seguir conociendo; al
contrario nos estancaríamos, y volvería-
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mos a retomar la vaguedad del ser, a partir
de sus elementos losócos y lógicos, para
comprender que no se puede fragmentar al
ser, así como no se pueden reemplazar las
relaciones sociales, por la posibilidad de
conocer juntos, de investigar juntos y de
caminar juntos, recuperando el miedo a la
ignorancia.
El conocimiento es inherente al ser huma-
no (Broncano, 2020), esto lleva a la dispu-
ta del conocimiento. Es sabido que la so-
ciedad actual está basada en la creación de
mentiras y sobre la base de que la verdad
no cuenta, por lo tanto, si es inherente al
ser humano, es la base de la superviven-
cia; el inicio de la reexión de Broncano
(2020) precisamente es preguntarse “¿Qué
lugar ocupa el conocimiento en nuestras
vidas personales y en los proyectos de
transformación social?” (p. 4).
En el análisis de las relaciones sociales,
la tecnología y los emuladores del cono-
cimiento, tratan de suplantar de manera
tosca esa visión atávica de creer que la IA
es válida en cuanto sirve para la guerra,
para la medicina, la producción de rique-
za o producción de bienestar material, hoy
que todo es medido y se mira como capital,
la disputa del conocimiento tiene que ver
con la disputa de la sobrevivencia misma,
entonces los procesos de relaciones socia-
les se basan en esta mirada unívoca. Lo
que se espera es que el conocimiento sirva
para fortalecer esta visión única, que sir-
va como proceso de reexión epistémica,
cognitiva y profunda, en vista de que la
epistemología o la ciencia del conocimien-
to se ha venido a menos y en las mismas
universidades no logra cimentarse una
visión fuerte del conocimiento, que sirva
para el desarrollo de la sociedad. Son los
elementos instrumentales los que permean
todos los procesos, incluyendo los edu-
cativos y se vuelven novedad, mientras
alguien maneje la tecnología, como reem-
plazo del conocimiento. Esto se ve en la
vorágine competitiva de los papers, las in-
vestigaciones indexadas en bases de datos
de alcance global, competencia en la que
el ser humano académico ha caído, en una
subasta barata de escritura superua que
no permite ni socializar el conocimiento,
peor permear hacia la sociedad con aportes
válidos, más allá de ser meras repeticiones
y repercusiones de lo que ya se ha dicho.
Ampliar la visión de las relaciones socia-
les lleva a una reexión que es mucho más
contundente, comprender la tecnología
como el elemento que permite la satisfac-
ción de necesidades humanas. Si volvemos
nuestra mirada hacia el pasado, aquella
visión antropocéntrica, con seguridad es-
taremos acelerando nuestra desaparición
como especie y como especies, porque
habremos hecho desaparecer con nosotros,
no sólo nuestra vida sino la de millones de
seres vivos, fruto de millones de años de
evolución. En este ámbito, las ciencias no
pueden dejar de pensar en la validez de la
IA, para mantener la vida en el planeta,
que todavía es posible, puesto que ejem-
plos existen, no solo a niveles de micro-
cosmos, sino a nivel de países quienes han
logrado volver a su estado natural la vida
en sus territorios, en esto juegan un pa-
pel preponderante las relaciones sociales,
la participación ciudadana y la IA, como
medio de conocimiento de las formas de
preservación.
Las relaciones sociales se presuponen que
se deberían basar en elementos éticos, de
la misma forma, que el uso de los instru-
mentos relacionados con la tecnología,
deberían estar basados en la ética, para lo
cual, la UNESCO (2021) desarrolló el ins-
trumento Recomendación sobre la ética en
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la inteligencia articial. Reexionamos,
¿cómo es posible fortalecer las relaciones
sociales cuando la razón es todavía inci-
piente y nos manejamos desde lo emocio-
nal?
En el contexto de la era de la IA, en la
que aparentemente se ha fortalecido los
procesos de la mente, a diferencia de la
primera gran revolución en la que se po-
tencia el cuerpo humano. En esta época se
supone que es el cerebro humano el que
está siendo reemplazado por los sistemas
tecnológicos, no es casualidad que comen-
cemos a pensar en las otras formas de vida
planetaria, llegando a otorgar derechos, no
sólo a estas formas de vida, sino a las vi-
das humanas invisibilizadas a lo largo de la
historia, como es la lucha por la equidad de
género, el fortalecimiento de los derechos
de niños y niñas, a quienes se ha pasado de
verles como personas indefensas a sujetos
de derechos y de protección, con esta nue-
va visión, por otro lado, el reconocimiento
de los derechos de la naturaleza posibilita
comprender la importancia de las otras vi-
das para nuestra sobrevivencia misma.
Las sociedades ven surgir ideas (ideolo-
gías) basadas en la motivación, utilizando
elementos de la neurociencia, que a partir
de sus mensajes tratan de resolver los pro-
blemas del ser humano a través de recetas
de autocontrol, de mentalización, reto-
mando aspectos de una visión conductista
y de la misma pedagogía, para trasladarlos
a terapias o a formas difusas de coaching
como formas gerenciales de controlar la
eciencia, conocimiento que no tiene rigu-
rosidad teórico cientíca y que no puede
ser denida como disciplina o paradigma
cientíco (Useche, 2004).
La ciencia establece elementos que sirven
para potenciar la libertad del ser humano,
para salir de la ignorancia. María Montes-
sori (2004) establece la necesidad de una
conciencia cósmica trabajando a partir de
la segunda etapa del desarrollo del niño, en
vista de que maneja con mayor solidez la
razón y la imaginación, en la perspectiva
de que el ser humano es capaz de contri-
buir al desarrollo de un mundo diferente,
en dónde quepamos todos con nuestras di-
ferencias.
El peligro es que los sectores con índices
más bajos de acceso a recursos solo acce-
dan a una educación basada en la IA, es
decir, a interlocutar con máquinas y no con
seres humanos y efectivamente vuelva la
esta del vino, a pretexto de ampliar co-
berturas y la visión de la educación como
un gasto y no como inversión, y únicamen-
te quienes tienen recursos accedan a una
educación humana, a sabiendas que el sis-
tema se apropia del desarrollo tecnológico
y logra permear en su benecio.
¿Qué hay de la condición humana en el
siglo XXI?
Es importante recordar las cuatro gran-
des revoluciones que hasta ahora han sido
vistas como fruto del desarrollo de la hu-
manidad; la primera revolución que fue
la invención de la máquina de vapor nos
permitió suplir la fuerza humana por la
máquina, resolviendo esta carencia. Una
segunda revolución es la invención de la
electricidad, permitió generar la produc-
ción en masa a partir de la línea de mon-
taje. La tercera revolución que trajo con-
sigo la computación digital y electrónica,
fortaleciendo los procesos de información
y la cuarta corresponde a la era de la IA;
en este escenario, las relaciones sociales se
han mantenido siempre inequitativas, rom-
piendo con la natural ley de la evolución,
que ha sido la simbiosis o el compartir para
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evolucionar, esto nos ha llevado a procesos
de destrucción, en los que las relaciones
sociales se han visto afectadas.
El transhumanismo determinado por los
elementos cibernéticos, cuya nalidad es
lograr un ser humano con las capacidades
físicas deseables, así como las mentales,
o simplemente el reemplazo de partes del
cuerpo dañadas o con mal funcionamiento,
acercándonos a la utopía del ser humano
perfecto, a un mundo de cción. El cyborg
aquel organismo cibernético que se hibrida
entre la máquina y el organismo, una cria-
tura que podría ser de realidad social o de
cción (Haraway, 1991). El posthumanis-
mo que pretenden reexionar en relación
con el humanismo de la posmodernidad,
que mira a un ser humano con una historia
en un mundo de guerras, en el que cabe la
pregunta, ¿es posible continuar bajo esta
misma mirada o se hace necesaria una re-
exión profunda sobre el humano?, por lo
tanto, sobre las tesis humanistas.
El Maniesto Cyborg de Donna Haraway
nos sumerge en el espacio del transhuma-
nismo, recuperando avances esenciales del
feminismo, a partir de la comprensión de
que:
El cyborg se sitúa decididamente
del lado de la parcialidad, de la iro-
nía, de la intimidad y de la perversi-
dad. Es opositivo, utópico y en nin-
guna manera inocente. Al no estar
estructurado por la polaridad de lo
público y lo privado, dene una po-
lis tecnológica basada parcialmente
en una revolución de las relaciones
sociales en el oikos, la célula fami-
liar. (p. 23)
La preocupación es efectivamente ¿qué va
a suceder con el ser humano, con su condi-
ción emocional?, como fruto de esta emo-
cionalidad que ve surgir la racionalidad,
por lo tanto, es consecuencia natural como
seres humanos. El desarrollo del lenguaje
dio paso a la racionalidad del ser huma-
no, como establecen Maturana y Varela
(1986) en su obra El árbol del conocimien-
to. En este marco, la condición humana
emocional cómo se dene en el futuro con
la IA, a la que queremos dar una raciona-
lidad apartada de lo emocional, es en este
aspecto que nos preguntamos ¿qué hay de
la condición humana?
La condición humana desde el marco del
desarrollo de las tecnologías, del posthu-
manismo y el transhumanismo, cuyo eje es
la IA, desarrollo que tiene diversas conno-
taciones que, planteado desde la economía,
el desarrollo se supone que es económico
y todo lo que se haga en su entorno será en
función de esta visión. Si hablamos de de-
sarrollo social, el centro de reexión será
el desarrollo de los seres humanos, pero
sin el aliado más importante que es la na-
turaleza, por estas deciencias se retoma
el concepto cósmico de un desarrollo in-
tegral, en este caso nos quedamos con la
última acepción, que es vista siempre des-
de el lado del ser humano, integrado o in-
sertado en el cosmos, por tanto, podríamos
plantearnos un desarrollo cósmico, regre-
sando a los cauces normales de la evolu-
ción de la vida en el planeta y no arriesgar
la vida misma en el planeta.
La condición humana desde el transhu-
manismo debería salir fortalecida, puesto
que, si se incorpora, se cambia, transmuta
el cuerpo humano aquello que le enferma
o genera sufrimiento físico y siológico
genera benecio para una vida plena. La
trascendencia humana ha logrado supe-
rar velocidades muy altas para trasladase
a lugares lejanos en tiempos cortos, se ha
logrado salir al espacio y conquistar el es-
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pacio cercano a nuestro planeta. Estamos
ahora en la conquista de la mente, aquel
órgano capaz de aprender sólo con el mo-
vimiento de las emociones y muy pocas
veces desde la racionalidad. La IA se con-
vierte en aliada de esta deciencia para re-
solver el problema de la información, por
lo que, no se puede regresar a las cavernas,
no al mito de la caverna, sino a la caver-
na misma, cuando no se mira la validez de
un instrumento como chatGPT, pero como
instrumento, como recurso, como tecnolo-
gía, para tener la posibilidad como seres
humanos de continuar en con el proceso
de conocimiento, que va más allá de una
simple relación con la información para re-
cuperar a la epistemología como el camino
del conocimiento, pasando de la simple in-
formación.
“La inteligencia humana -plantea acerta-
damente Miguel de Zubiría- depende en
mayor medida de la calidad y cantidad de
los instrumentos de conocimiento disponi-
bles, que de las informaciones especícas
almacenadas” (Guadarrama, 2018, p. 19).
Por lo tanto, chatGPT se convierte en un
instrumento que sirve al ser humano para
fortalecer su conocimiento, pero no reem-
plaza al ser humano, al igual que una pier-
na cibernética, que sabemos con certeza
que puede semejar la funcionalidad de la
pierna, pero no podrá cumplir con todas las
funciones que cumple, es decir, no podrá
reemplazar las funciones y sensaciones de
una pierna natural, pero es un instrumento
útil para quién lo necesita.
La mente humana, la capacidad de buscar
información para la investigación, que es
la función menos desarrollada por el ser
humano, por eso la creencia del poco uso
del cerebro, creencia falsa, a sabiendas
que desde los estudios de la neurocien-
cia se conoce que el cerebro humano está
siempre en constante actividad, lo que sí
podemos armar es que existen unas par-
tes que se activan con mayor frecuencia
que otras (OCDE, 2007). Por otro lado, la
plasticidad del cerebro, capacidad natural
de adaptarse a los cambios y de aprender
de manera permanente, acción que no pue-
de ser reemplazada por ninguna máquina,
mucho menos instrumento tecnológico,
pueden ser potenciadas, cuando se facilita
la búsqueda de información.
Conclusiones
La IA tiene el potencial para convertirse en
una de las herramientas tecnológicas más
relevantes en varios campos del conoci-
miento y marcar una diferencia en el futu-
ro con respecto a los siglos anteriores. Los
diversos programas de IA son el inicio de
una nueva era. Por ello, es menester tener
en cuenta la ética y la integridad, la preci-
sión y la abilidad en el entrenamiento y
manejo de estos programas. El uso adecua-
do de este tipo de tecnología creará diver-
sas posibilidades para abordar los proble-
mas que aquejan a la sociedad en mediano
y largo plazo.
Por otra parte, la sociedad del siglo XXI
es fumadora activa de las tecnologías di-
gitales. Consume constantemente grandes
cantidades de información generada por
programas informáticos y reproducida en
las comunidades sociales. A la par, las
formas de enseñar y aprender se aseme-
jan a los smartphones, hay un nuevo mo-
delo de metodología cada mes, cada año.
Sin embargo, algo fundamental en todo
proceso de enseñanza y aprendizaje es lo
nombrado pensamiento reexivo, que im-
plica un proceso complejo de reexión,
razonamiento y conciencia que permite
formar ideas, conceptos y juicios sobre los
acontecimientos que tienen lugar en la rea-
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ChatGPt y la suPerfiCialidad del ConoCimiento: imPliCaCiones ChatGPt y la suPerfiCialidad del ConoCimiento: imPliCaCiones
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lidad. En tal sentido, junto a los avances
tecnocientícos tiene que estar la práctica
de una educación crítica por parte de la so-
ciedad.
Es distópico pensar que los programas de
IA reemplazarán a los humanos, estos más
bien colaborarán en la formación de socie-
dades incapaces de sacar consecuencias y
construir signicados de la realidad, en la
medida que todos los avances tecnológicos
han servido para mejorar las condiciones
humanas y han sido un aporte fundamental
para la construcción, innovación e institu-
cionalización de la ciencia.
El reto que la sociedad tiene por delante
es la necesidad de resolver los problemas
ontológicos relacionados con la IA, puesto
que la educación es el paso previo de la
juventud hacia una vida de producción, el
uso adecuado de la IA en ambientes edu-
cativos, con seguridad podría prever un
uso adecuado en el ámbito profesional y la
posibilidad de una visión crítica de la rea-
lidad, hoy que vivimos en la inseguridad y
la incertidumbre.
Declaración de conictos de intereses
No existe conicto de intereses.
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ChatGPt y la suPerfiCialidad del ConoCimiento: imPliCaCiones ChatGPt y la suPerfiCialidad del ConoCimiento: imPliCaCiones
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Para referenciar este artículo utilice el siguiente formato:
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